APL Capitulo 18



Capitulo 18

Continuaba observando la situación unos de los sujetos huyo del lugar “¿quiénes son…?” se preguntaba a sí misma “¿dónde estoy…? ¿Mi cuerpo sangra…? ¿Qué debo hacer?”
-los voy a matar… no se preocupen será rápido-. Murmuro, a pesar de llegar a contraerse del dolor, se puso de pie, la única mano que lograba mover fue con la que decapito a sus oponentes, su Nen era un filoso cuchillo que se extendía de sus dedos.
Salió del lugar arrastrándose con su pésima copia de la habilidad del pelirrojo, subió a una azotea de un edificio camino a su habitación, su pierna, cortes en cuello, brazos y  rasguños en las manos sangraban demasiado, pero… no podía ir a un hospital, en ese instante recordó la habilidad de su madre, que consta en ocultar las heridas de la miradas de los otros, la sangre de los superficiales cortes se detuvieron completamente y sin dejar rastro, pero la de su pierna continuaba.
-¿halo?-. Había tomado su celular un poco aturdida por el dolor.
-hola… ¿______?-.dio una leve sonrisa al escuchar la voz de Leorio.
-puedes, puedes… hacerme un pequeño favor…-. Su respiración cortante se escuchaba a través de móvil.
-_______ ¿estás bien? ¿Qué sucedió?, ¿donde estas?-. Grito preocupado.
-estoy…. Estoy…. No lo sé… un edificio… eh… en… la calle esmeralda, me dispararon, ayúdame por favor-. Susurraba la voz de la peliceleste se desvanecía, Leorio le continuaba hablando hasta llegar al  edificio.
La noche se acercaba, Leorio quito la bala de su pantorrilla, aliviada de la extracción el color a su cuerpo volvía lentamente, pues una herida con un arma de fuego es más mortal que para alguien común y corriente.
-¿cómo te paso esto?-. Pregunto una vez que termino la curación.
-gracias… te lo pagare con creses-. Sonrió débilmente e intentando levantarse.
-tu sangre siempre… fue de este color-. Observaba sus utensilios sucios con la oscura sangre de la joven.
-m… yo, yo soy distinta-. Dijo en suspiro.
-está bien… per.-. La joven lo interrumpió entregando su celular
-tú cuenta bancaria-. Dijo y Leorio Negó con la cabeza, levantándose de su lado.
Perdió el conocimiento después de unos minutos, cuando se despertó, ya era de día, no reconocía el lugar y al ver una gran estantería con libros de medicina comprendió, se sentó en la cama, intento levantarse olvidando su herida, cubrió su pantorrilla con su Nen para quitar el dolor, caminando con normalidad.
-veo que estas mejor… Leorio fue a estudiar, me pidió que te diera esta medicina-. Hablo un chico de cabello rubio “es el chico de ayer” pensó.
-¿cuándo tiempo estuve dormida?-. Dijo estirando sus brazos. 
-dormiste toda la noche… soy Kurapika, eres ______ ¿no es así?-. Hablo con firme voz.
-si…-. Contesto lentamente, sintió como sus mejillas se sonrojaban “porque es tan tierno, parece una muñeca” salió de sus pensamientos al recordar que no fue al trabajo.- no… puede ser-. Rasco su cabeza desquitándose consigo misma.
-si…  Hisoka Mmm… si está bien-. Contesto el teléfono móvil con aun más seriedad, la peliceleste se paralizo al escuchar el nombre del pelirrojo, se miraron directamente a los ojos.- ¿siempre fue ese color?-.interrogo a la joven acercándose con lentitud.
-¿de qué hablas?-. Cada paso que Kurapika avanzaba, ella retrocedía, a pesar de la delicada apariencia que demostraba, sus ojos emanaban una gran ira y por un instante mostraba  su color escarlata, un escalofrió atravesó por todo su cuerpo, la oscuridad de la mirada de ______ se profundizaba.
-¿qué edad tienes?-. Continuaba con el mismo tono de antes.
-die… dieciocho-.tartamudeo un poco, se sentía extraña como si el pudiese controlar sus pensamientos, otra vez el rubio mostro su color escarlata, y así recordar a su querida madre.- mamá-. Balbuceo.
-¿qué?-. Quedo sorprendido a la respuesta de la chica y esta vez era ella quien se acercaba con paso firme, quedando inmóvil al instante que los brazos de la peliceleste le rodearon.
-debió ser muy doloroso…-. Dijo presionando su rostro en la ropa del rubio.
-Mmm… si... -.susurro con vos áspera, luego de eso ambos sonrieron con franqueza, Kurapika debía ir a su trabajo, por lo que se despidieron, ______ se dirigió a su habitación caminando con lentitud, al llegar se dio cuenta que alguien había entrado y revisado sus pertenencias, no le dio importancia y se dirigió al trabajo.
-lo siento tuve un pequeño accidente-. Se excusaba con su jefa.
-está bien, te descontare los días que no trabajes, por ahora vete-. Exigió.
-pero….-.intentaba quedarse, aun así la mujer levanto la mano para que se callase.
-el olor de tu sangre… recuerda donde trabajas, incentivaras a varios de los clientes a que te maten-. Dicho eso se fue del lugar, volvió a su habitación frustrada, lo único que deseaba era distraerse.
Suspiro lentamente al retirarse la habilidad de ocultar lesiones que aun estaba usando, su cuello, brazos y demás sangraba lentamente “tenía razón, huelo a sangre… que asco” se ducho para limpiarse las heridas aun sangraban y el dolor era desesperante, la peliceleste encontraba curioso el hecho de que más doloroso fue ver la actitud de Hisoka la última vez que lo vio.
-¡maldición!-. Golpeo con su puño la pared de la ducha.- Auch! -. Se quejo después de eso.
Permaneció debajo de la tibia agua de la regadera, el corte de su cuello era el que más sangraba no recordaba en qué momento la hirieron, continuamente recordó que unos de los hombres huyo, sin darle más importancia solo pensó que se debía ir a un lugar más apartado de la civilización

-la Antártida sería una buena opción-. Murmuro sin ánimos. 

CONTINUARA…   

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