Capitulo 24
-¡Hola… despierta,
vamos despierta!-. Sacudía el cuerpo
recostado en el suelo de madera.
-no soy un perro-.
Se quejo ______ estirando los brazos para luego tomarse la cabeza por el dolor.
-estas en el pasillo-.
Dijo Sidney tocándola con su pie.
-Mmm… no grites… shhh-.
Se sentó apoyándose en una pared.- ¿porque
estoy en el pasillo?-
-intente llevarte a
la cama, pero de un momento a otro tu cabello cambio a negro y tu cuerpo se
puso pesado… tengo fuerza pero tú estabas fuera de mi limite-
-¿tu intención era
ofenderme?- dijo con seriedad “me está diciendo gorda o que”
-oh… ¡no! No te lo
tomes a mal-. Le ayudo a levantarse.- iré
a hacer el desayuno, ve a lavarte-. Le ordeno a la maltratada peliceleste
camino con dificultad para ir al baño, una vez limpia y vestida, fue a la
cocina.
-¡se está quemando el
sartén!-. Chillo con terror al ver que un pequeño sartén yacía
completamente en llamas.
-¡ahh! ¡Ayuda!-.
Sidney daba pequeños saltitos asustada, mientras tanto ______ tomo el sartén
una vez que coloco su mano con Nen alrededor.
-el sartén paso a
mejor vida… - miro a su amiga tendida en el suelo –no sabes cocinar… ¿no es así?- suspiro lentamente mientras se
remango las mangas de su camiseta - ¿que
deseas para desayuno?-
-tostada con huevo
revuelto-
-¿solo eso? Puedo
prepararte un- fue interrumpida por la castaña.
-quiero eso… solo eso-
sonrió alegremente, luego de 5 min tenía el desayuno listo, platos utensilios,
todo increíblemente ordenado, como si de una comida lujosa se tratase.- woh, eres como una súper cocinera-
mayordomo -sirvienta… y la cocina la dejaste impecable- chillo impresionada.
-gracias… aunque es
lo único que hago bien- se ruborizo, se sentaron en la pequeña mesa de la
cocina.
-tu habilidad es muy
practica… y extraña- se acomodo en la silla, mirando a su amiga
directamente a sus ojos celeste.
Era alrededor de las
11 am, el día era nublado y el frio no quedaba atrás, las ventanas se empañaban
por el brusco cambio de temperatura al cocinar.
-recuerdas algo de la
conversación de anoche- platico Sidney limpiándose con una servilleta, el no tan
delgado cuerpo de la peliceleste se tenso ya que en segundos todos los
recuerdos de la noche anterior volvieron a ella.
-¡hay… no…! -
exclamo ______ mirando su taza de té, permaneciendo quieta.
-debes conocer a ese
chico desde hace mucho tiempo y…-.el sonido de su celular la interrumpió,
lo contesto y su rostro cambio a una
triste mirada.- negocios exprés-.
Concluyo ella al terminar la llamada.-
nos vemos en la tarde-
-¿por qué vas?-
-no lo entenderás…-
mostro ambas muñecas que tenían una cicatriz y tatuaje a la vez.
-un contrato de
sangre…- se sorprendió al ver esa clase de imagen
-vaya los conoces,
nos vemos luego-. Se despidió saliendo del departamento.
-adiós…- la
peliceleste continuo sentada comiendo lentamente lo que le quedaba de desayuno
“claro que conozco esos contratos… mi padre los creo” pensó y fue interrumpida
por el sonido de su maltratado celular.
-¿Halo?- contesto
primero al número desconocido.
-señorita ______-
-con ella-
-un vehículo la
transportara hacia la vivienda de los Zoldyck por favor, alístese y diga el
lugar donde ir a buscarla-.
-¿cómo sé que es
verdad?-
-espere un momento…-
-______ mi pequeña
______ ¿estás bien?-. Una lenta voz de escucho desde el móvil.
-Zoldyck… ¿abuelo?
- recordó esa vos que solo había escuchado una vez, después de unos minutos de
charla se fue a cambiar la ropa, de extraña manera tenía cierta motivación en
ir a ver al viejo, fue hasta el banco más cercano.
-¿de cuánto es mi
saldo?-. Pregunto una vez que estaba al frente de la cajera.
-580 mil millones,
¿cuánto desea retirar?- la cajera continuaba.
-so…ss… soy
millonaria- balbuceo para sí misma.-
20 mil pesos-. Tartamudeo un poco por la euforia por darse cuenta que las
palabras de su ex jefa eran cierto “no trabajare mas… podre, podre leer y no
preocuparme por nada, esto es el paraíso”
Se retiro del banco, brincando como una niña pequeña y colocando
sus manos en el bolcillo de su poleron estilo canguro, camino lentamente hasta
la plaza que había dicho para juntarse, al mirar un callejón recordó el sello
de Sidney estaba segura que su padre le enseño como deshacerse del contrato,
pero era como si sus recuerdos estuviesen sellados, uno de los mayordomos de los Zoldyck la
esperaba, subió tranquilamente sin preguntar nada, llegaron a la montaña
kukuroo después de unas aburridas 3 horas y media, el día estaba nublado y una
leve brisa avisaba que la lluvia se aproximaría.
-el señor Zoldyck la
espera en el salón-. Dijo unos de los mayordomos que la acompañaron hasta
la casona, camino con inseguridad para luego abrir la puerta de la sala.
-permiso…- entro
y los presentes se giraron a mirar.
-¿quién eres?-.
Hablo Kalluto sentado al lado de su madre ambos vestían del mismo color, la
madre de un vestido largo azul marino y su hijo con un refinado kimono.
-me llamo _____ -.
Respondió mirando a la mujer, a quien por lo visto no le agradaba su presencia
“¿será que no me reconocen?” pensó.
CONTINUARA… ≧ヮ≦
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